lo que se ha sentido durante varios años.
Fue muy poco tiempo para pedir perdón
por todo el daño causado.
Tiempo que quise emplear en otra cosa,
en decirte todo lo que he pensado
y lo mucho que te he extrañado.
Tiempo que hubiese querido
disfrutar a tu lado,
sonriendo, mirándote o tomándote de la mano...
Cuarenta segundo para decirte cuanto te amo,
para pedirte que me creas lo impensable,
para decir lo indecible
y sentir tus vellos erizados.
Cuarenta segundos no fueron suficientes
para lograr persuadirte...
El tiempo siempre será poco cuando se trate de ti,
nunca será suficiente para expresar
todo lo que hay aquí dentro,
todo lo que dice cada hoja y lo que siente
cada gota de tinta de mi lapicero negro.
Cuarenta segundos:
Tiempo eterno que se congeló en cada fibra del papel,
en cada rincón de mi memoria.
Tiempo que nunca estuvo a mi favor,
que siempre se burló de mi desgracia
y que se encargó con tanta eficiencia de alejarte de mí.
Es el mismo tiempo
al que hoy le pido con locura y desespero
que vuelva a mi reloj...
¡que vuelva a repetirse!
L.Prz!
