Como nace el astro rey
por el imponente oriente,
así nació este amor
que hoy nos une a los dos
Entre las hondonadas de la felicidad
y los valles de lágrimas,
siempre tan unidos,
que ni el más grande ejército
nos podrá desatar
Somos el mar y la sal,
los alimentos y la vida,
el cielo y el lucero,
el agua y el pez
Y cuando el Todopoderoso
llame al juicio final,
nuestras almas se unirán
en toda una eternidad.
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