Por Darío Jaramillo Agudelo
**************
Son las dos de la tarde
y el sol hierve transparente a 30 grados.
A esta hora exacta era el encuentro:
fumábamos la pipa de la paz,
asistíamos a la eucaristía de las frutas frescas
y reíamos felices en nuestra apacible charla.
A esta hora, bajo este mismo solitario sol,
nos ayudábamos a vivir
y ahora, en esta hora de sopor,
es también su recuerdo
una de las cosas luminosas
que me mantienen vivo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Pliegues
Cierro los ojos y veo tus pliegues: Los de la comisura de tu boca, los que unen tu brazo con tu antebrazo. Los de tu vientre, los que unen t...
-
Queridos amigos blogueros, mi mejor abrazo para todos. Estoy disfrutando de las tan anheladas vacaciones, pero no como tal vez ustedes se...
-
Ella, que se oculta tras su pasado oscuro, pasado que interrumpe su sonrisa. Ella, que intenta superar sus errores, no para ser mejor, sino ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario