Perdóname por pensar que sólo a mi lado podías ser feliz,
por querer mirarte a los ojos y divisar un panorama de inseguridad y soledad.
Perdóname por querer que regreses reconociendo que me has extreñado todo este tiempo de tanta lejanía.
Por creer que sólo en mí encontrarías respuestas a tus dudas, a tus preocupaciones.
Perdóname por haber intentado crear un ser dependiente,
porque, no queriéndolo, casi te destruyo, casi te dejo sin fuerzas, sin proyección, sin sueños, sin vida.
Pensé que renunciarías al aire que respirabas si no te lo ofrecía yo, pensé que morirías.
Lo que nunca pensé es que yo era quien moría, es que era mi propio egoísmo el que no me dejaba avanzar.
Perdóname, fui egoísta al no querer compartirte con nadie, sabiendo aún que tenías tanto para dar.
Fui egoísta. Pero hoy comparto este egoísmo con la esperanza de que lo leerás y que me perdonarás, pero sobre todo, para que entiendas que una vez más he escrito gracias a ti.
L.Prz!
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