Agradecimientos a Luz Elena, la psicóloga clínica.
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A bordo del Transmetro, rumbo a una consulta médica, pensaba:
"Ok. Ahora me dirijo a la Estación de La Ocho. En las sillas preferenciales va sentada una joven. Hay varias opciones: la primera es que en la siguiente estación se suba una anciana, y la joven se vea obligada a levantarse y cederle el puesto a la anciana; la segunda, que se suban varias personas, menos una anciana y la joven siga sentada en la silla". La respuesta fue: se subió una anciana y la joven se vio obligada a ceder su puesto.
Pensé nuevamente:
"Ok. Ahora me dirijo a la Estación Joe Arroyo, donde debo tomar el alimentador A-93 para llegar al consultorio. Las opciones son: Que el alimentador ya esté en la estación, que el alimentador no esté en la estación y me toque esperarlo por poco tiempo o que el alimentador no esté en la estación y me toque esperarlo mucho tiempo..." La respuesta fue: el alimentador no estaba en la estación y me tocó esperarlo por poco tiempo.
Pensé otra vez, mientras iba en alimentador:
"Ok. Ahora me dirijo al consultorio médico. Las opciones son: Que cuando llegue al consultorio, la doctora ya esté desocupada y me atienda enseguida; que cuando llegue al consultorio la doctora esté ocupada con el paciente que viene antes que yo y me toque esperar poco tiempo, que cuando llegue al consultorio la doctora esté ocupada con el paciente que viene antes que yo y me toque esperar mucho tiempo..." La respuesta fue: Cuando llegué al consultorio, el paciente que venía antes que yo salió de inmediato, pero enseguida entraron sus padres y me tocó esperar mucho tiempo. ¡Eso no estaba dentro de las opciones!
Moraleja: Laura, siempre agrega "ninguna de las anteriores" como una de tus posibles opciones. De manera que, en caso de que ninguna de las opciones se cumpla, ya antes lo hayas previsto. Nunca sabes qué pueda pasar y qué no.
(Esa es la idea...)
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