viernes, 22 de julio de 2016

Soneto XXII

By Étienne de La Boétie
Escritor y Magistrado de Burdeos. Fue el mejor amigo de Michel de Montaigne.
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Cuando miro tus ojos, los que me conquistaron,
veo en ellos escritas todas mis esperanzas;
veo el amor en ellos, que también me sonríe
y me muestra, sutil, la dicha que me guarda.

Pero cuando me atrevo a hablarte, en ocasiones,
entonces mi esperanza se consume y se seca,
y evitas que tus ojos, mi alimento, me digan, 
cruel, una palabra de aliento, una tan solo.

Si se vuelven tus ojos a mí, entonces, te digo:
son simplemente aquellos a los que me rendí.
¡Oh Dios! Se ha declarado en ti misma una guerra,

pues tu boca y tus ojos se niegan uno a otro.
Mejor será, mi dulce tormento, separarlos
y aceptar la promesa que tus ojos me dicen. 

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