jueves, 28 de junio de 2012

Visita Clandestina

Sentada frente a este papel, con ideas dando vuelta en mi cabeza, con preguntas sin responder aún, pensando si estás, si eres tú quien se esconde tras la pared de la distancia y decides observarme en silencio, esperando el momento para invadirme y revolverlo todo otra vez, para espiarme en mis noches moribundas, nostálgicas y melancólicas. 

Caminas sigilosamente y sin que nadie te descubra, vienes a mis versos que me hacen cursi, romántica, ridícula. Me observas, te busco, pero entonces vuelves a esconderte. Sé que alguien me vigila y me visita en mi ausencia. Algo busca, algo quiere y lo ha encontrado, pero quiere más. Me conoce y mucho, lo sé. Sabe que escribiré esta noche, sabe que escribo sobre sus visitas y sobre lo bien que me hacen a pesar de que nuestras miradas jamás coinciden.

Ahí está nuevamente. Siento su mirada en mi espalda mientras escribo concentrada en las letras. Volteo. No hay nadie. Siento unos pasos. Tocan la puerta. Corro a su encuentro, pero se ha ido. Miro hacie el suelo y veo un papel. Dice su nombre, que no me preocupe, que sólo me lee, que lo hace a diario, que me observa de lejos porque estando cerca nos perderíamos en la rutina, en lo humano, en lo despiadado, en lo superfluo. "Quédate cerca, no te marches aún, sigue escribiendo, mientras yo te observo, te vigilo y te visito en esta clandestinidad tan benigna."

No te miento. Es agradable saber que ya has revelado tu identidad, tu verdad. Es por eso que ahora escribir tendrá un mejor sabor, ya no de incertidumbre, sino de certeza en cada palabra.

Definitivamente, gracias por venir. 

L.Prz!

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