A ti te regalo cada día, cada letra, cada poesía inspirada por un atardecer.
Te regalo mi tiempo para sentarme a escribir y para escuchar la melodía de cada noche.
Te regalo los momentos para organizar mi tiempo y para descansar.
Te regalo mis silencios y los instantes para gritar, para cantar nuestras canciones.
Te regalo los días en los que soy fuerte para poder darte fuerza.
Te regalo cada gota de café que ilumina estos versos.
Te regalo mis sonrisas y mis ganas de aferrarme a la vida.
Te regalo las fotografías que tomé por la ventana cuando pensé verte en el amanecer.
Te regalo el ruido de las olas del mar que suelen preguntarme por ti.
Te regalo mi pasado, mi presente y mis ganas de compartir el futuro contigo.
Te regalo mis triunfos y aciertos en la vida.
Te regalo mis deseos de ser mejor.
Te regalo el aroma de la lluvia que se cuela por la ventana.
Te regalo mis ganas de escribir y de ser feliz.
Te regalo los abrazos que guardé para este momento.
Te regalo mis aplausos y todas las buenas palabras que puedan salir de mí.
Te regalo lo sencillo, lo profundo y todo lo que pueda servirte para avanzar en lo que hace falta.
Te regalo mis razones de peso para tratar de hacer el bien.
Te regalo los papeles en los que un día escribí 326 veces tu nombre.
Te regalo lo que nunca me dejarían regalarte, mis sueños, mi eternidad y hasta mis manos.
(Esa es la idea...)
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