Tú eres el color rojo en mis pinturas, las cursivas en mis versos y el café de los martes por la mañana.
Eres el motivo de mis alegrías, de mis tristezas y de mis instantes de reflexión.
Eres lo que me hace ser, lo que me ha hecho y lo que me hará seguir siendo.
Eres la fuerza, las sonrisas que provocan los triunfos.
Eres eso por lo que agradezco a Dios en mis oraciones.
Eres parte esencial de mis luchas internas constantes.
Eres el azul del cielo en el que me refugio.
Eres la hoja que jamás arrancaré de mi agenda.
Eres la melodía que acompaña mis pasos y que alegra mis viajes.
Eres lo que impulsa mis ideas, la luz que ilumina mis trazos.
Eres lo que escribo, lo que pienso, lo que digo y lo que callo.
Eres todo lo que me pertenece.
(Esa es la idea...)
L.Prz!
qué lindo
ResponderEliminarGracias Mari! Abrazosss...
ResponderEliminarEres tu, Laura.
ResponderEliminarAbrazos todos
¡Qué bella eres, Emma!
ResponderEliminarAbrazos miles para ti.
En ocasiones no lo veo así y entonces busco la manera de regresar.
ResponderEliminarMe mude de café, alguien entró e hizo mucho daño, aunque yo ciertamente ya no era la misma, ya no soy.
Sabes mi correo.
Besos pequeña
Qué mal, querida Emma... Qué mal.
ResponderEliminarY ahora, ¿qué será de nuestros cafés? ¿A dónde iré? ¿Dónde te refugias en estos momentos?
Me temo que no tengo tu correo :( Lo espero.
Besos y más abrazos.