Tu voz, al otro lado del teléfono. No podía verte, solo escuchar tu voz en el silencio de una tarde o de una noche, no sé. Ya no recuerdo de qué hablábamos, tal vez de algo simple, tal vez de algo profundo. Sólo sé que era tu voz, tu acento. Creo que te reías, depronto llorabas o solo se pronunciaba el silencio.
Te imaginaba del otro lado, en una absoluta paz y sonriente como aquellas tardes. O tal vez triste, con alguna preocupación. Pensaba en las mil y una formas que podía tener tu rostro, tu mirada, tus facciones en ese momento.
Al final desperté, la llamada se cortó y no pude decir que aún te pienso, que aún te escribo.
(Esa es la idea...)
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